Pues voy a contar un caso real, se trata de mi ordenador portátil que tengo desde hace unos 10 años y que en los últimos meses estaba notando muy lento y ruidoso.
El ordenador portátil es un HP Pavilion G6 con procesador a AMD E2-3000, 6GB de RAM y un HDD de 750GB y hasta hace poco no había tenido ningún problema con este ordenador, quitando el típico de la batería que a día no carga nada y es inservible.
Con las situación de pandémia mundial y el confinamiento que hemos sufrido en España por el covid-19 he tenido que trabajar desde casa y darle un uso mas intensivo a ordenador y quizás por eso he notado que cada vez respondía mas lento, se calentaba más y por esta razón el ventilador del procesador giraba más rápido y se volvía muy ruidoso.
Cómo el portátil ya tiene sus años la primera opción que me planteé fue darle pasaporte y comprar uno nuevo. Me pasé días viendo las ofertas de las tiendas especializadas, grandes marcas, paginas de Internet, etc… hay mucho donde elegir.
Como no quería gastar demasiado dinero y realmente tampoco necesito un ordenador potente las opciones se iban reduciendo a ordenadores de gama baja con procesadores como INTEL i3 o i5 de generaciones de años anteriores. Si embargo tampoco me convencía esta opción porque siempre te surge la duda de si no comprar un ordenador de última generación en poco tiempo se te quedará desfasado.
Como no terminaba de decidirme pensé que aguantaría con mi viejo portátil hasta que realmente viese alguna buena opción de gama media pero a buen precio o una buena oferta tipo día sin IVA, por que el Black Friday queda un poco lejos.
¿Y que podía hacer para aguantar el portátil de la mejor forma posible?
Para mejor la alta temperatura y el ruido del ventilador pensé que podía desmontar el portátil hasta llegar a dicho ventilador y limpiarlo a fondo ya que seguramente estaba sucio y no estaría enfriando el ventilador eficientemente.
Y así fue… me encontré con una capa de polvo y pelusas acumuladas no exactamente en el ventilador, sino en la rejilla de salida del aire en el sistema del ventilar. Sin duda esto estaba provocando que el aire caliente se quedara dentro y aumentando la temperatura y la velocidad del ventilador que no conseguía enfriar lo suficiente al procesador.
Como ya tenia el portátil desmontado aproveche para renovar la pasta térmica que une el procesador con el disipador del sistema de ventilación.
Los efectos fueron inmediatos: la temperatura media del procesador bajó de repente mas de 30ºC con lo que el calor apenas se nota en el exterior del portátil y el ventilador no necesita girar con mas velocidad para disiparlo del interior.
Para el problema de la lentitud, la solución fue cambiar el disco duro HHD por uno SSD que se supone que es unas 10 veces más rápido.
En mi caso compré uno económico de 240GB de la marca Sandisk y lo que hice fue una instalación limpia de Windows 10 reinstalando los programas que necesito en la actualidad y copiando los archivos de trabajo.
El otro disco HDD lo he conectado como segundo disco duro con un adaptador caddy que ha sustituido la unidad de DVD que casi nunca uso. Con lo cual tengo todos los archivos accesibles en cualquier momento e incluso podría hacer un inicio con ese disco si necesitase entrar en algún programa o alguna configuración que no haya podido reinstalar.
Otra opción hubiera sido comprar un disco duro de la misma o mayor capacidad del que ya tenia 750Gb y clonarlo para seguir con la misma instalación del sistema y los mismos programas, pero en mi caso preferí al opción de una instalación limpia.
El resultado final ha sido que por muy poco dinero , unos 70€ ( Pasta térmica 9,95€ + Disco SSD 50€ + Adaptador CADDY 10€) y un poso de esfuerzo tengo un ordenador que funciona a las mil maravillas, es como si fuera nuevo, y que espero que me aguante algunos meses o incluso años hasta que me decida a comprar otro.